domingo, 15 de marzo de 2009

Love Actually.

Estamos en el salón. Llevamos todo el día pintando la casa, y de vez en cuando nos asomamos a la ventana para cotillear un borracho dando patadas a un cubo de basura, el vagabundo que merodea por el barrio y se sienta en el banco de debajo de casa dando alaridos en contra el mundo, grupos de gente que viene de cenar y se hablan a gritos por el exceso de alcohol… y de repente hoy, Elvis Presley, I can´t help falling in love with you. Al principio pensaba que era un coche parado en el semáforo con la música demasiado alta, pero al seguir oyéndolo, añadiéndole gente coreando a Elvis, hemos decidido sacar la cabecita y ver que se cocía poco más abajo, y justo en frente de casa, un coche aparcado con la puerta abierta y la canción puesta a todo trapo, y fuera de él, un chico con cartulinas de colores en las manos mirando hacia la ventana del primero, en la ventana del primero una chica asomada mirando al chico del coche con las cartulinas en la mano. En TODAS las ventanas de los alrededores, incluyendo la nuestra claro, gente asomada, y bajo nuestra ventana, un grupo de 15 parejas “maduritas” bailando al son de la música y viendo en primera línea el espectáculo. ¡El chico se le estaba declarando! ¡Qué bonito! Casi se me saltan las lágrimas (a mi y a medio vecindario). Ahí estábamos todos esperando a ver que pasaba… y de repente la chica desaparece de la ventana – Uy! Irá a bajar ¿no?, porque claro, tendrá que bajar a ver al chico! – Y de repente se abre la puerta del portal y aparece la chica y se abraza al chico, mientras claro, la canción sigue sonando con su ritmillo lento y románticon…

Like a river flows surely to the sea

Darling so it goes

Some things are meant to be

Take my hand, take my whole life too

For I cant help falling in love with you”

Y no nos ha quedado otra a mi, a los maduritos de abajo, a todos los transeúntes que se han ido parando a ver que pasaba y a todos los demás vecinos que miraban desde sus ventanas, que ponernos a aplaudir, porque hasta ahora esto solo pasaba en “Love Actually”, ¡pero no en la acera de enfrente de mi casa!

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