sábado, 10 de octubre de 2009

Fashion in London (yéndome por las ramas).


Últimamente se ha puesto muy de moda esto de las colecciones limitadas diseñadas por megadiseñadores a precios (más o menos) de tiendas “High Street”, véase H&M y UNIQLO, por ejemplo. La de UNIQLO con la colección +J, por Missis Jill Sander, no ha estado mal del todo, porque la calidad estaba bastante bien, y eran realmente precios de la firma nipona, aunque un poco demasiado oscura para mi gusto, sobre todo en los abrigos, tanto que para diferenciarlos tuve que ponerme a contar botones y bolsillos, y el navy y el black se deben diferenciar en el forro, o quizá haya que ponerlos directamente bajo la inexistente luz del sol, porque bajo los focos de la tienda, eran como dos gotas de agua. En esta ocasión no ha sido una colección limitada como en H&M en pasadas ocasiones en las que la gente entraba en la tienda corriendo según abrían las puertas, arramplaba con toda una hilera de perchas, y se intentaban embutir en una talla S cuando era más fácil saltarlas que rodearlas, sólo porque aquello era una gabardina de Viktor&Rolf, (y esto lo he visto yo con estos ojitos). Lo más gracioso de todo era que la gran mayoría de esa gente ni siquiera sabía quien era Viktor&Rolf antes de que H&M los lanzara al estrellato de la gente de a pie a nivel mundial. Yo por mi parte me incluyo en esa inmensa mayoría, pero como buena friki de la moda que soy, cuando fui a Milán entré en su “boutique invertida” y me di cuenta de tres cosas, que la tienda era genial, que sus precios seguían siendo ridículamente excesivos para el diseño y calidad en muchos de sus artículos, y por último que lo único que me compraría de su marca es el perfume Flower Boom, que me encanta, por cierto, intenso y pachulesco, pero para gustos, los colores, (y los olores).

Me estoy yendo por las ramas, el caso es que esta vez, ¡voy a ir a una preview!, (o al menos voy a inscribirme para intentarlo), de la colección de Jimmy Choo para H&M, sin ninguna intención de comprar la verdad, porque todo lo que he visto hasta ahora en publicidades no me ha gustado ni un pelito, demasiada tachuela y demasiado tacón, como se nota que el señor Jimmy Choo no va andando a su trabajo a 1 km de distancia y vuelve todos los días sobre los taconazos que le han hecho famoso. Si lo tuviera que hacer, adoraría las “Happy Look” (Converse), como yo lo hago, o haría como el 90% de las mujeres de esta ciudad, prácticas como ellas solas, que van tan monas ellas con sus trajes de ejecutivas, de oficinistas, o de lo que sea, con sus faldas, sus blusitas, sus chaquetas, sus bolsos, sus peinados, sus maquillajes apurados en dos minutos en el metro que corre que se las pela, y de repente, sus deportivas, esas deportivas que ni yo me pondría para el gimnasio porque son de corredor maratoniano, ¡y los zapatos de tacón de aguja metidos en una bolsa del Tesco! ¿Pero que mierda es esta? Si te pones estupenda para ir a trabajar, que sea con todas las consecuencias ¿no?. Pues no, lo de antes muerta que sencilla se quedó en aquella niña repelente que cantaba la canción, aquí la practicidad es un grado, y si te duelen los pies, te descalzas, y punto. No se como la gente se coge la gripe A, después de haberse recorrido Londres descalza has tenido que inmunizarte hasta de la malaria.

Me he vuelto a desviar del tema, pero es que los estilismos de Londres, dan mucho que hablar. Esta misma noche cenaba con unos amigos y hablábamos de cómo visten las chicas en Londres para salir de fiesta por la noche. Da igual que sea invierno, verano, ellas salen arregladas como princesitas, con mini vestidos aunque sus piernas sean del tamaño de mi tronco, con escotes hasta el ombligo, y sandalias aunque tengan los pies morados, total, al ratito se las quitan ¡y fuera!.

Una amiga y yo nos preguntábamos por qué no llevaran abrigos cuando salen de fiesta en invierno, ¿será por no pagar el ropero?, que no creo que cueste más de £2, vamos que te sale rentable si lo comparas con el gripazo que te puedes pillar por no hacerlo. Y después de mucho dilucidar hemos llegado a la conclusión de que probablemente se tajaban tanto cada noche que después de 10 minutos de frasquete simplemente dejaban de sentir el frío, ¡que es mucho más lamentable que no querer pagar los £2 del ropero! En fin, que este tema podría dar para mucho más, pero simplemente me ha entrado el sueño y me voy a la cama. A ver si con un poco de suerte consigo las entradas para la preview y me saco un plan estupendo para el viernes 15 sin gastarme un pavo, que para ser Londres, ya es para darse con un canto en los dientes.