sábado, 6 de junio de 2009

Festivales Veraniegos.


Con la llegada del verano, Londres se llena de festivales y eventos callejeros, para sacar a la gente de su letargo invernal, con la llegada del sol, el bueno tiempo (sólo a veces, no olvidemos que esto es Londres). La semana pasada fue el “Taste of Spain” y esta semana el “Charlotte Street Food Festival” .

A cual más lamentable.

El “Taste of Spain” cortó Regent Street en su parte sur, desde Oxford Circus hasta Picadilly Circus, para ofrecernos dos paellas gigantes de las cuales no opino porque no las llegué a probar, un espectáculo de caballos de Menorca, que fue lo único que valió un poco la pena, danzas típicas de no recuerdo muy bien que región y un espectáculo de sevillanas del que pudieron disfrutar no más de 50 personas, ya que en vez de hacerlo en algún sitio a la vista de todo el mundo pensando que posiblemente sería una de las partes con más atractivo para “guirilandia”, lo hicieron dentro de una caseta cerrada. Muy lógico. A parte, unos diez stands dispersos por toda la calle ofreciendo información a cerca de algunas de las comunidades autónomas, entre ellas Madrid, que no destacaba en absoluto. No me extraña que todos los guiris luego sigan pensando que Barcelona es la capital de España.

Así que yo no entiendo muy bien el nombre del “Taste of Spain” a menos que España sepa a paella y caballos de Menorca.

No obstante en la edición online de El Mundo, antes ni siquiera de que el evento hubiera empezado ya habían sacado una noticia hablando de su gran éxito. Como se nota que el que lo escribió no estuvo aquí.

Y es que es lamentable, que teniendo la oportunidad de hacer algo en una calle tan céntrica como si te cortaran Gran Vía desde Callao hasta Banco de España, lo desperdicies de esa manera. Yo habría puesto un tablado gigante para hacer espectáculos de sevillanas cada hora en la parte baja de Regent Street, los caballos en el centro como estaban, era lo único que estaba bien (siempre a mis críticos ojitos, claro), otro escenario para otros bailes regionales alternados con las sevillanas, y entre medias, a parte de las paellas, que tampoco estaban mal del todo, mesas y sillas para poder degustar “tipical Spanish food” en condiciones, que al fin y al cabo es lo que llama a la gente, el picoteo, el saborcillo de lo nuevo o lo conocido, pero la chicha en cuestión, y no un puñado de panfletos que vas a tirar a la basura según entres por la puerta de tu casa.

Eso sí, los sombreritos de paja que regalaban tuvieron un éxito abrumador.

Respecto al “Charlotte Street Food Festival” tres cuartos de lo mismo. Anunciaban 50 chefs con puestos en la calle y yo me esperaba algo como pequeñas muestras de comida de cada restaurante para cazar clientes y probar distintos tipos de cocina, ya que la calle está repleta de restaurantes de todas las nacionalidades. En lugar de eso, tres puestecillos dispersos y nada “for free”. Me quedo con el buen gusto de haber descubierto un pub a la vuelta de la esquina, de lo más auténtico y con unos precios de risa.


Conclusión, quien organice este tipo de eventos debería plantearse pedir su dimisión antes del verano que viene, (o contratarme a mi).